El año pasado tuvimos la suerte de ir en familia a un lugar muy especial, no solo por lo hermoso de las instalaciones y por el encanto de la naturaleza, sino también por sus dueños, y el clima de compartir que se genera entre los huéspedes. Cenamos en el mágico jardín de “La Locanda Casitas Vivas”, con los anfitriones y otros huéspedes. Cada uno aportaba la comida que había traído y noto que una de las parejas pone foco en el orden de los alimentos, primero comen la ensalada de hoja, luego el fainá y la pizza, y al final brindan y comienzan a tomar vino. Y nos relatan que siguen el plan de alimentos de una bioquímica francesa, que está revolucionando el campo de la alimentación, con sus descubrimientos de como afecta a nuestro organismo “la subida de glucosa” siendo una de las principales causas de múltiples patologías.

Así conocí a Jessie Inchauspé, y luego de informarme, incorporé en mis rutinas esta nueva forma de comer, y lo recomiendo siempre que puedo.

En su famoso libro (La revolución de la glucosa) trae datos que avalan cómo los altibajos en los niveles de glucosa pueden estar detrás de muchos de esos síntomas que solemos normalizar: el cansancio emocional, la ansiedad, la tristeza inexplicable, los cambios de humor o la desconexión con el propio cuerpo.

Incluso personas que no son diabéticas pueden beneficiarse enormemente de mantener la glucosa estable. Los picos y caídas bruscas de azúcar en sangre afectan directamente cómo nos sentimos y nuestra salud a largo plazo. A través de su propia historia —que incluye una experiencia traumática y un profundo camino de sanación— y de herramientas simples y accesibles, pone incapié en cuidarnos con pequeños gestos que generan grandes cambios. No desde la culpa ni la exigencia, sino desde la curiosidad, la compasión y el deseo de sentirnos mejor.

Al estabilizar nuestra glucosa no solo mejoramos nuestra salud física, sino también nuestra claridad mental, nuestro ánimo y nuestra capacidad de habitar el presente con mayor bienestar.

Les resumo los consejos que brinda:

1. El punto más importante, come los alimentos en el orden correcto: primero fibra, luego proteínas y grasas, y al final los carbohidratos.→ Esto reduce el pico de glucosa hasta un 75%.

2. Comienza las comidas con una entrada rica en fibra: una ensalada o verduras cocidas al principio ayudan a frenar la absorción de glucosa.

3. Añade vinagre antes de comer: una cucharada de vinagre (de manzana, por ejemplo) en un vaso de agua antes de comer puede reducir los picos de glucosa.

4. Moverse después de comer: caminar 10-20 minutos después de una comida ayuda a que la glucosa se use como energía.

5. Desayunar salado, no dulce: evitando los desayunos con pan blanco, jugos o cereales azucarados. Priorizar proteína y grasa.

6. Si vas a comer azúcar, acompáñala de proteína o grasa: por ejemplo un trozo de chocolate con nueces en vez de solo.

7. Nunca comas carbohidratos solos: siempre acompañarlos de algo que tenga fibra, proteína o grasa.

8. Usa un snack “inteligente” si estás por darte un gusto: por ejemplo comer unas almendras antes de un postre puede reducir su impacto.

9. Opta por jugo entero en vez de jugo exprimido: la fruta entera tiene fibra que modula la absorción del azúcar.

10. Presta atención a los productos «saludables»: muchos productos etiquetados como “light” o “fit” tienen azúcares escondidos.

Vimos además en estos días un documental muy bueno que ilustra muy bien el efecto del aumento de glucosa, y refuerza la idea de la importancia de comer fibras, ya que son las que alimentan la microbiota en el intestino, llamado por la ciencia moderna nuestro “segundo cerebro”. Allí se ven a través de 4 personas reales y sus situaciones particulares, esta estrecha relación entre la salud mental y la salud del intestino. Lo encuentran bajo el nombre “Descifra tu salud: los secretos del intestino”, y es una producción de Netflix.

¡Un abrazo a todos y cada uno!

@lalocanda_casitasvivas

@glucosegoddess

https://www.netflix.com/uy/title/81436688

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